14 nov 2006



Tu sed transubstancia mi sudor
en vino que bebemos en cada beso.
Tus pies no se hunden
en los lagos de mis lágrimas.
Tu saliva siembra la luz
en la noche de mis ojos.
Tu voz resucita mis músculos dormidos,
mis latidos sepultados.
Tus manos, cuando me tocan,
curan mis heridas mas invisibles.
Tu hambre fecunda peces
que se multiplican como
deseos de humedad en el
múltiple pan de mi cuerpo.
Cada vez que me amas, es un milagro.
no me acuerdo de quien es
pero es muy bueno y concuerdo con ello..

1 comentario:

Julio Cesar Belmont dijo...

Sin palabras dulce AMOR